Jesús nos enseñó a orar: “Perdona nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.” ¿Qué significa esto? Que el perdón que recibimos de Dios debe reflejarse en el perdón que damos a los demás. ¿Sigues cargando heridas, resentimientos o cosas no resueltas? El camino del perdón libera el alma y sana el corazón. Mira a la cruz y aprende de Aquel que dijo: “Padre, perdónalos”.