El dinero, en sí mismo, no es ni bueno ni malo, pero la forma en que lo manejamos puede tener repercusiones profundas en nuestras vidas y en nuestra relación con Dios. La Biblia está repleta de consejos y advertencias sobre la riqueza, el deseo de prosperar y la importancia de la generosidad. Sumérgete con nosotros en las Escrituras para descubrir los principios divinos relacionados con el dinero y aprender cómo una administración financiera prudente puede ser una forma de adorar y honrar al Creador.