En este devocional reflexionamos sobre la parábola de las minas y el llamado que Dios nos hace a invertir en su Reino. Ser parte de la Gran Comisión implica poner nuestra vida, recursos y dones al servicio de que el nombre de Jesús sea conocido en todas las naciones. ¿Estás dispuesto a asumir el riesgo y la responsabilidad de extender el Reino de Dios? Hoy es tiempo de convertirnos en verdaderos socios de la Gran Comisión.