Monseñor RolandoAlvarez, Obispo de la Diócesis de Matagalpa hizo un llamado a la clase dirigencial de Nicaragua a evitar caer en la tentación de la codicia, en su primer Misa con presencia de fieles después de seis meses de cuarentena por la COVID-19 e inicio de la fase inicial de transición, el domingo 4 de octubre.
Aquí lo que dijo Monseñor Alvarez:
“En Nicaragua, la clase dirigencial, como se le suele llamar, debe también evitar caer en la codicia o avaricia, no sólo en cuanto al afán desmedido de tener, sino también de evitar apropiarse de la construcción de un nuevo país, donde en realidad todos los nicaragüenses tenemos el derecho y el deber de participar de alguna manera aportando lo mejor de cada uno y desde su puesto de estudio o trabajo”.
“Lo hemos dicho y lo volvemos a decir: ningún sector de la vida nacional puede tomarse o arrogarse el derecho de pretender construir unilateralmente una Nueva Nicaragua. Y mucho menos pretender tener la representación de los nicaragüenses. Eso siempre implicará procesos incluyentes donde se debe escuchar al otro, donde el respeto al pueblo como el soberano de las decisiones sea una auténtica realidad, donde se escuche el clamor y el gemido de los pobres, de los desempleados, de aquellos que no han tenido las oportunidades básicas para desarrollar sus talentos, virtudes y capacidades; renunciando a intereses personales, particulares, de grupo o más grave respondiendo a dictámenes externos o ajenos a nuestra idiosincrasia. Un proceso de escucha franca, sincera, honesta y con visión de nación”.
“Entonces nadie querrá tener el dominio como si de un juego de ajedrez se tratara, sino en coordinación y movidos por los grandes ideales de la Patria, podremos encontrar el camino justo y verdadero que nos llevará un día, pronto, a vivir como hermanos, trabajando juntos y todos, por el país que necesitamos heredarles a las próximas generaciones”.
En su homilía también recordó a Santa Teresa del Niño Jesús que se refiere a un caminito que lleva a la salvación y a la santidad, asimismo hizo alusión al envío de los discípulos de dos en dos del que se habla el jueves pasado en el Evangelio, “y entonces en ese camino que ofrece la Santa, el esposo, debe ser un hombre respetuoso, silencioso, escuchando lo que piensa su esposa, lo que piensas sus hijos, un hombre sereno y en paz consigo mismo y con los demás”.