Los marketineros electorales, en lugar de asesorar a políticos profesionales se dedican a fabricar héroes con pies de barro, irreales, héroes de ficción alejados del verdadero interés de la polis.
La figura del héroe político es un mito grandioso, personaje de película, pero de Luis Estrada, mitos geniales pero inservibles porque no tienen representación social.