En un mundo contradictorio donde la realidad virtual permea en las actividades más cotidianas de la vida real, es importante reflexionar sobre los alcances, peligros y posibilidades de bienestar que representan las nuevas tecnologías de la información.
En esta realidad virtual es fundamental repensar el papel y la responsabilidad del periodista como mediador entre la realidad y el ciudadano.
El rigor periodístico, el método y el enfoque ético y con el acento en el sentido humano es fundamental.