En este episodio hay mucho por decir, y no solo es por el tema en particular (que ya de por sí, puede relacionarse a muchas personas), es porque ser hombre en una sociedad como en la que vivimos te limita a mostrarte emocional o sensible porque empiezas a tener muchas miradas sobre ti.
Sinceramente, no sé qué concepto se tiene de la imagen masculina, pero ninguno más equivocado y alejado de aquel que se le prohíbe (implícita y directamente en muchas oportunidades) mostrar sus emociones, y claro, como todo hombre que no ha sanado sus heridas de niño y ha debido mostrarse siempre fuerte para que no lo quiebren, bloquea la conexión con sus emociones.
Por más que intente recordar parte de mi niñez o adolescencia, no logro identificar un solo momento en el que alguien me haya hablado de los beneficios de no apagar lo que siento y de escuchar a mis emociones... ¡Nadie me dijo que conecte con mis emociones!
