El pensamiento es una herramienta poderosa que puede guiarnos hacia la acción y la claridad, pero también puede convertirse en una trampa cuando nos dejamos llevar por ideas negativas o catastróficas.
El verdadero privilegio del pensamiento radica en nuestra capacidad de elegir, elegir como pensar, cómo sentir y cómo actuar puede abrir un vasto océano de posibilidades donde el sufrimiento y la confusión dan paso a la paz y la claridad. La práctica de observar nuestros pensamientos nos permite conectar con esa libertad interior, impulsándonos hacia una vida más plena y consciente .