Cada vez que vivimos un conflicto emocional al cual no le encontramos solución, nuestro organismo tratará de buscar una solución y esa solución puede ser el aumento de peso.
Mis invitadas en este podcast, Claudia Vega, homeópata, terapeuta alternativa, consejera básica en adicciones, experta en PNL y Lizbeth Pérez fundadora de MUJAP (Mujer con Actitud Positiva) conversan con nosotros sobre las causas emocionales de la obesidad.
Normalmente pensaríamos que los problemas de peso se deben a que comemos demasiado, de lo que sea que comamos, inclusive demasiadas frutas y verduras, o muchas galletas o helado.
Sin embargo, existen diferentes motivos para el sobrepeso y la obesidad, no únicamente la comida, y estos motivos están en la parte emocional.
Muchas son las ciencias que han tratado de explicar estas causas, y entre las explicaciones que nos han brindado son:
Podemos almacenar grasa de más en nuestro cuerpo cuando nos sentimos amenazados a nivel emocional, ya que nuestro subconsciente no es capaz de distinguir entre lo real y lo simbólico, no importa si realmente estamos en peligro o solo lo sentimos.
Otro motivo del sobrepeso es el habernos sentidos abandonados en algún momento de nuestra vida. Pudo haber sido después del divorcio de nuestros padres o nuestro propio divorcio, después de perder un puesto de trabajo o después de la muerte de un ser querido.
El inconsciente siempre va a vivir estas situaciones como un abandono real, aunque no lo sea.
Ante tal situación nuestra biología desplegará los recursos necesarios para poner nuestra vida a salvo y estos recursos obligarán al cuerpo a aumentar de peso por protección.
Nuestro inconsciente tiende a memorizar aquellos datos que están vinculados con un fuerte impacto emocional, por lo que se vuelve fundamental poder cuestionarnos nuestras creencias y además estar dispuestos a cambiarlas.
Dentro de las creencias más comunes en personas con sobrepeso están la de “no ser suficiente”, no valer”, “necesitar estar a la altura de…”, “tener que luchar por…”, además de que siempre que nos llevamos alimento a la boca pensamos que esto que estoy comiendo “engorda” o nos hace daño.
Observar la actitud con la que nos relacionamos con la comida es una buena manera de empezar a tomar consciencia para poder encontrar una solución al problema.
Por otro lado, sería bueno analizar más profundamente la relación que tenemos con nuestro cuerpo, si se rechaza por la forma en la que luce o si bien se acepta, ya que si tenemos un conflicto con él haremos que se genere más glucagón y se experimente una hipoglucemia dando como resultado el comer de manera compulsiva.
La aceptación y la forma de relacionarnos con nosotros mismos y con la comida es la mejor manera de cambiar la biología de nuestro organismo.
Finalmente, cambiar la relación con nosotros mismos es lo único que en realidad podemos cambiar en nuestra vida.
Disfrutar de la comida sin culpa es la clave.
Te invito a escuchar este podcast en donde el conocimiento se combina con la experiencia de nuestras invitadas.
Recuerda que amarte a ti mismo, te brinda paz. Y si te amas y estás en paz, eres un sembrador… un sembrador de paz.
Yo soy Luisa Isabel, sembradora de paz.
