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Una parte de nosotros ansia la seguridad, una seguridad ficticia en realidad, pero aun así buscamos apegarnos a lo familiar sin importar lo ineficiente o lo doloroso que pueda ser. El paso inicial, y tal vez el más importante para iniciar el camino del dejar ir es reconocer que tenemos sentimientos negativos como consecuencia de la condición humana que portamos, pero, además, darse la posibilidad de observarlos sin juzgarlos.

Qué es dejar ir

Es el cese fulminante de un peso y una sensación de alivio y ligereza en consecuencia. Sentirse libre y ligero es la consecuencia de dejar ir las actitudes, creencias y sentimientos negativos que nos han acompañado a lo largo de nuestra vida.

Tenemos todos estos sentimientos porque no contamos con un mecanismo consciente para poder manejarlos cuando surgen en nuestro interior, y se van acumulando día a día formando gruesas capas de dolor.

Aprender a dejar ir

Aprender a dejar ir es soltar en cualquier momento y en cualquier lugar todos y cada uno de estos sentimientos negativos que traemos cargando junto con todas las ramificaciones que se han desprendido de un pensamiento inicial.

Hasta ahora las formas tradicionales de poder lidiar con esto son la supresión y represión, la expresión o el evadirlas, es decir, escaparse, pero ninguna de estas resuelve absolutamente nada.

Los mecanismos de defensa que te evitan dejar ir

La supresión y represión lo que se hace es mandar los sentimientos al subconsciente y cuando se atreven a surgir por alguna situación se recurre a la proyección y a la negación. Provocando con esta acción irritabilidad, cambios de humor, dolor en los músculos del cuello, dolores de cabeza, etc.

La expresión se utiliza de manera similar a la forma en que se utilizaría una válvula de escape en una olla de presión. Con la expresión se deja salir una cantidad limitada de sentimientos para aliviar la presión interna y así poder dejar el resto del contenido suprimido.

El escape se refiere a la evitación de los sentimientos a través de la diversión, el evitar a toda costa encontrarse con uno mismo en un momento de intima soledad. Escaparse de los sentimientos generará la incapacidad de amar verdaderamente y confiar en otra persona.

Entonces, ¿acaso no es mejor liberarse de estos sentimientos? Una vez que te liberas se suelta la energía que estaba atrapada, la presión acumulada disminuye, y por lo tanto logras sentirte mejor. La fisiología de tu cuerpo cambia, y todas las funciones corporales y de cada órgano se corrigen hacia la normalidad y la salud.

¿No es entonces maravilloso aprender a dejar ir? Te invito a que te quedes y junto con mi invitado Fernando Ramos descubras más de este tema de dejar ir.

Yo soy Luisa Isabel,

Sembradora de paz y consciencia.