En este día viernes la Iglesia nos regala en el Evangelio de Marcos este pasaje de sanación de un paralítico. Jesús lo sana, y lo sana de sus pecados y también físicamente.
Este paralítico viene a Jesús de un modo extraño, porque no llega por sus propios medios, y en ningún momento le pide la sanación. Más bien, cuatro hombres, cuatro amigos, cuatro de la familia, que de alguna manera se interesaron por él, lo llevaron a Jesús. Y lo llevaron como sea, porque por la cantidad de gente levantaron el techo donde Jesús estaba y por allí descolgaron al enfermo.