San Juan 11,45-56
En este evangelio se dicen palabras muy fuertes que nos ponen frente la misión de
Jesús: “Jesús iba a morir por la nación y no solamente por la nación sino
también para congregar en la unidad a los hijos de Dios que estaban dispersos”.
Este congregar en la unidad a los hijos de Dios que andaban dispersos como ovejas descarriadas es el deseo de Dios, formar
una familia humana una gran fraternidad, como dijo el S.S Francisco cuando
asumió como papa; este es el sueño de Dios, una gran familia. Y pensemos como
todos tenemos algo que hacer para que esta gran familia se dé; porque no va a
caer del cielo, tenemos que construirla entre todos.