San Mateo 13, 44-46
Nació y fue bautizado como Iñigo en 1491, en el Castillo de
Loyola, España. De padres nobles, era el más chico de ocho hijos. Quedó
huérfano y fue educado en la Corte de la nobleza española, donde le instruyeron
en los buenos modales y en la fortaleza de espíritu.
Quiso ser militar. Sin embargo, a los 31 años en una
batalla, cayó herido de ambas piernas por una bala de cañón. Fue trasladado a
Loyola para su curación y soportó valientemente las operaciones y el dolor. Estuvo
a punto de morir y terminó perdiendo una pierna, por lo que quedó cojo para el
resto de su vida.