El llamado de Dios
El llamado de Dios es misterioso; viene en la oscuridad de la fe.
Es tan delicado, tan sutil, que solo con el silencio más profundo dentro de nosotros podemos escucharlo.
Y sin embargo, nada es más seguro o más fuerte, nada es tan decisivo y abrumador, como ese llamado.
Este llamado es ininterrumpido: Dios siempre nos está llamando.
Carlo Carretto