Un Reino dividido
Un reino que está dividido dentro de sí mismo no puede permanecer en pie.
Yo mismo soy un reino dividido; estoy dividido dentro de mí mismo.
El bien que quiero hacer, no lo hago; el mal que quiero evitar, me encuentro haciéndolo.
Soy como un campo en el que el trigo y las malas hierbas luchan por la supremacía.
¿Quién me salvará de mí mismo?
¿Quién mantendrá mi reino de no caer?
Tú, Señor, que venciste a Satanás, sanarás la división dentro de mí y me ayudarás a tomar completo control de mi casa.
Entonces seré libre, unido y en paz.