Inquiétanos, oh Señor
Inquiétanos, oh Señor, cuando estamos demasiado complacidos con nosotros mismos; cuando nuestros sueños se han hecho realidad porque soñamos demasiado poco; cuando hemos llegado a salvo porque navegamos demasiado cerca de la orilla.
Sacúdenos, oh Señor, para atrevernos más audazmente, para aventurarnos en más mares, donde las tormentas muestren tu dominio, donde al perder de vista la tierra encontremos las estrellas.
En el nombre de aquel que amplió los horizontes de nuestras esperanzas e invitó a los valientes a seguirle. Amén.
Autor desconocido