Te hacen una oferta ridícula… ¿qué hacés?
La mayoría se apura a responder. Error. El silencio incómodo es tu mejor aliado.
Probá quedarte callado y mirá qué pasa. Lo más probable es que el otro empiece a hablar para llenar el vacío… y termine mejorando su oferta solo.
Usá el silencio. Funciona.