¿Alguna vez has muerto en vida? Yo sí! Conocí a alguien del que me enamoré. Estaba lleno de miedos , pero luchaba con bestias feroces, que vencía día a día hasta sacar su mejor sonrisa o palabras de aliento para los demás. En lo que hace es el número uno y pese a todos los malos pronósticos que ha recibido en su vida, logra escalar el Everest mes por mes. Es admirable, es amigo del amigo. El mejor amante, sus besos son envidiables de esos en los que te pierdes y no sabes de ti hasta no despegarte. Su juego es animal, te deja sin aliento y terminas sin saber a qué raza perteneces. Su silencio te aturde y su vulnerabilidad te seduce y produce el deseo de querer sanar a esa alma. De escritura perfecta, de caricias atinadas, olor profundo, labios carnosos, estatura de caballero y brazos de acero, que te levantan y sacuden hasta dejarte tendida sobre su pecho. ¿Cómo se muere luego de conocer al hombre perfecto? Cuando descubres que el es todo eso, pero decide no serlo solo por alimentar a su mente y por simple placer.
