El padre Adolfo es un apasionado por la educación, la innovación, pero sobre todo, de la interculturalidad. Con él hablamos de su ministerio sacerdotal y de como Dios lo llamó al servicio como sacerdote. El padre es director escolar y dentro de su misión está no solamente educar a los jóvenes en la parte del currículo educativo, sino también en valores, enseñarles a vivir plenamente. Por eso los lleva de misión a diferentes partes del mundo y también a lugares recónditos de la Argentina. Nos afirma que conocer a personas de otras culturas nos abre el camino para vivir en paz.