Ni Maquiavelo habría dibujado un escenario similar para la batalla de mayo por Madrid. Ganar Madrid ya era la joya de la corona política, pero ahora se convierte en el “ser o no ser” de varias formaciones políticas y por extensión pone patas arriba cualquier escenario previsible. Iglesias lo sabe, Sánchez y Casado también. Incluso Arrimadas y Errejón.