Porque somos extranjeros y peregrinos delante de Ti, como lo fueron todos nuestros padres; como una sombra son nuestros días sobre la tierra, y no hay esperanza.
1 Crónicas 29:15
Mejor explicación no puede haber respecto a nuestro paso por la vida, somos extranjeros y peregrinos, sin embargo tendemos tanto a aferrarnos a nuestra corta existencia, que olvidamos lo que es realmente importante.
Deberíamos vivir concientes de que nuestros días sobre esta tierra son como una sombra y la sombra pronto se desvanece, no tiene materia y no trasciende. Por más que se cuenten historias de nuestras batallas y hazañas, éstas durarán hasta que alguien las olvide y las deje de contar.
Entonces, ¿por qué luchamos y nos esforzamos tanto? ¿Qué sentido tiene tanto afán? No dejemos que nuestros sentidos sean engañados, honremos a Dios viviendo para Él, trabando para Él, concientes de que nuestros días sobre la tierra son como sombra.
Nuestra esperanza está en Jesús y lo que vivamos en nuestro paso por la tierra traerá satisfacción y contentamiento, si dejamos de lado la tendencia egocéntrica y de autocomplaciencia que nos sofoca fácilmente.
Alegrémonos al considerar que nuestra verdadera heredad está aguardando a los que hemos creído que Jesús es el hijo de Dios y por lo tanto nuestro Salvador.
¿Tienes tú esa alegría en tu vida? ¿Quisieras disfrutar de esa esperanza?