Que la paz del Señor esté contigo.
Cuando escuchamos que se nos dice “obedece”, inmediatamente sentimos que se nos está obligando a realizar aquello a lo que se refiere dicha palabra, y dependiendo de quien venga esa orden obedecemos aunque no sea de nuestro agrado llevar a cabo dicha acción, pero cuando hablamos de la obediencia a Dios, debemos tener claro que se trata de un acto de correspondencia a sus muchas manifestaciones de amor, a su providencia, a su cuidado y, sobre todo, a nuestra salvación por el sacrificio que llevó a cabo Jesús, su Hijo. Así que cuando escuchemos o leamos que hay algo que debemos hacer o dejar de hacer en obediencia a Dios, debemos estar plenamente conscientes que aún esa, es una orden que debemos llevar a cabo porque es y será para agradar a quien solo bien desea para nosotros por lo que también será para nuestro propio bien, ya sea porque nos librará de dificultades, problemas, enfermedad, tribulación y todo lo malo que nos podría suceder si no obedeciéramos, como también recibiremos las bendiciones que nuestro amoroso Padre tiene para quienes le aman y manifiestan su amor obedeciéndole. Dice el Señor en Pro 1,33 “El que me obedece vivirá tranquilo, seguro y sin temer mal alguno.”
Te invito a escuchar el tema SIRVE A DIOS OBEDECIÉNDOLE. Escúchalo con atención y ponlo en práctica. Será de mucha bendición.
El audio de este tema lo encontrarás también, con otros temas publicados, en: https://anchor.fm/faro-de-luz
Si deseas escucharlos en Spotify el link es: https://open.spotify.com/show/0NSm0XLL9hejtkP35Qf9bO
O si prefieres leer el texto, lo encontrarás en https://comunidadsanpablo.org en la sección de Faro de Luz.