Se llama Tamika Mallory la activista que brama frente al micrófono. Habla con una especie de furia histórica. La pueblada de Minneápolis, la ciudad más grande de Minnesota, la escucha sin parpadear, con un nudo en la garganta y una mano en el corazón. “La violencia fue lo que aprendimos de ustedes”. Son los George Floyd que arrancan del subsuelo de la patria ahora sublevada.