La paz en Jesús es un refugio seguro, una tranquilidad que trasciende las circunstancias. En Su presencia, encontramos consuelo y fortaleza. Jesús nos invita a descansar en Su amor, confiando en que Su paz guardará nuestros corazones y mentes. En medio de la tempestad, Su paz es inquebrantable, ofreciendo esperanza y renovación constante.