Luego de estar en aulas de posgrado en los años 2005 y 2006, nos volvimos a ver. Ese reencuentro después de dos años de incertidumbre finalmente se dio. Las preguntas desde el 2020 fueron: sobreviviremos, qué nos dejará esta pandemia, algo positivo, qué esperamos del futuro. Finalmente, como humanos en espacios de completa incertidumbre nos preguntábamos como en pesadillas ¿qué es la vida? Seguro que mediante la reflexión compartida sobre lo ocurrido nos dejarán conclusiones positivas valiosas. Para responder a las preguntas citadas, tendríamos que comenzar reconociendo que tenemos un inicio y fin, o nacimiento y muerte. Por tanto, cuando pasamos los 60 la inflexión es irreversible. En consecuencia hay un declinamiento en la capacidad del aspecto biológico, así la prioridad es el TIEMPO, y frente a cualquier actividad que se pretenda emprender debería primar la TRANQUILIDAD. Por tanto deberíamos aproximarnos a aquello que nos guste y que no genere stress; aunque algunos consideren que para vivir con salud, prefieren seguir trabajando. Finalmente, la mayoría compartirá la conclusión que estas reuniones son positivas, porque refuerzan a uno de los pilares de la felicidad en el ser humano que es la amistad. En mi caso la reunión que nos convocó fue por la obtención del grado de doctor de un amigo. También, quedamos que el delegado de aula de aquel 2005 y, 2006, continúe siéndolo de por vida y como aviador llevará el estandarte de AMIGOS por siempre.
