El escándalo en que se vio involucrada la talentosa patinadora artística Tonya Harding es el centro de la trama de Yo, Tonya , la tragicómica película por la que Allison Janney ganó un Oscar.
Es una historia personal triste, y sin embargo, hay mucho humor e irreverencia en la forma y el tono en que el director Craig Gillespie la relata.
Cuenta con la ambigüedad de su protagonista que actúa como víctima y victimaria, frágil y ruda a la vez. Esta película tiene una extraordinaria construcción de personaje hecha por Margot Robbie, que es complementada grandiosamente por Allison Janney en el papel de la intratable, insufrible y detestable madre de la deportista.
Estructurada como un falso documental, comienza con (supuestas) entrevistas a Tonya (M. Robbie), su exmarido Jeff (Sebastian Stan) y su madre LaVona (A. Janney), tres seres vulgares, algo ridículos y un resto cínicos, en distintos grados.