La caja de pandora tras el caso fundaciones sigue sorprendido con el incremento de organizaciones involucradas en posibles hechos de corrupción. Administrados en una especie de tierra de nadie y con involucramiento de diferentes autoridades desde gobernaciones regionales y secretarías de Estado. Un escenario que pone en evidencia la necesidad de modernización en el Estado para que dejen de existir estos espacios ambiguos en el traspaso de recursos públicos a entidades que deben realizar tareas específicas y que a veces suponen un financiamiento indirecto en la política.