"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro"
Hebreos 4:16
Cuando tenemos una emergencia u ocurre algo que se nos escapa de las manos, solemos llamar por ayuda, y confiamos con todas nuestras fuerzas que esa ayuda llegue a tiempo y nos socorra en el problema que nos encontramos. En los problemas de nuestra vida muchas veces llamamos a un familiar o un amigo cercano, pero nos topamos con dos cosas: no hay nadie cerca, o ese alguien cerca que llamamos llega tarde o simplemente no puede apoyarnos en nuestra situación; la realidad es que en nuestra vida hay situaciones que quedan fuera de nuestro alcance y ni si quiera nosotros podemos hacer algo al respecto.
Pero es aquí donde alguien quiere hacerse presente; a lo mejor para ti no es la primera opción para recurrir, pero déjame te digo que aunque no lo hayas experimentado en el pasado, realmente es la opción más efectiva. Ese alguien es Dios. Tu me dirás que para ti pudiera ser Él alguien distante, desinteresado de tus problemas y cerrado para ayudarte, pero quiero mostrarte que es todo lo contrario.
La Biblia habla que por medio de Jesús, a ti y a mi se nos ha abierto una puerta a la que antes no teníamos acceso; antes estábamos apartados de Dios por nuestro pecado, pero "Dios le ha cargado a Él (Jesús) el pecado de todos nosotros" (1 Pedro 2:24), ha borrado nuestra deuda, y tenemos ahora acceso hasta la misma presencia de Dios a su mismo trono. Dios ha abierto una puerta para que te puedas acercar con confianza en todo tiempo, con la promesa que de Él tu recibirás su misericordia y su gracia para cada necesidad, y siempre de manera oportuna. NO tienes que buscar en otros lados, NO tienes que clamar más por ayudadores débiles o limitados, NO tienes que cargar más solo con tu problema: "Acércate con confianza al trono de la gracia, y alcanzarás misericordia y hallarás gracia para el oportuno socorro". La palabra gracia significa un regalo / una bendición INMERECIDA; por eso puedes estar seguro de que vas a recibir esa ayuda, porque NO depende de ti, ni de lo que hayas hecho, sino depende solamente de lo que Jesús ha hecho por ti, y de la misericordia que el quiere mostrarte.
Toma esta promesa el día de hoy, y preséntala ante Dios, y empezarás a ver a ese Dios actuar así de cerca, como yo mismo lo he podido ver en cada necesidad de mi vida. ¿Quisieras empezar con ello el día de hoy?
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