"¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?"
Romanos 8:31-32 📖
Es en las crisis de la vida donde realmente comprobamos en quien podemos confiar y en quien no. Es donde nos verdaderamente nos preguntamos y realmente vemos quien está de nuestro lado y a quien pudiéramos recurrir sin ser despreciados. Es aquí cuando hacemos memoria y evaluamos con base en nuestra experiencia quien nos ha demostrado que es digno de confianza, y son realmente a estas personas que pasan la prueba, a las que queremos mantener cerca, aún pasando estos días difíciles que experimentamos.
Pero, es en estos días grises donde podemos hacer memoria de alguien al que realmente le importamos, alguien que a sus ojos somos valiosos, alguien en quien verdaderamente podemos confiar y quién podemos recurrir aún en nuestros días más oscuros, alguien que no nos va a decepcionar ni dejar "colgados", alguien que NO solo nos ha dicho que nos ama y que va a estar ahí o que solo lo ha dejado en simples palabras o promesas, sino todo lo contrario, alguien que lo ha demostrado en los hechos. Ese alguien es Dios. Él, nos ha demostrado de muchas maneras diferentes que nos ama y que tiene un interés profundo por ti. Si tan solo pudieras hacer memoria de tantas veces que Él se ha hecho presente en tu vida y te ha librado de situaciones no terminaríamos de numerarlas, sino que además nos recuerda la más grande obra de amor que Él ha hecho por ti y que muchas veces olvidamos: Entregó lo más valioso que Él tenia; entregó a su propio Hijo.
La justicia demandaba un pago y Dios entregó a su propio Hijo para padecer en lugar tuyo para librarte. Cuando nadie más podía librarnos, Él entrego a su Hijo a pesar de lo que tu y yo somos, a pesar de lo que hacemos y a pesar de como lo hemos tratamos. "Cuando éramos débiles (y no podíamos hacer nada para salvarnos), Cristo murió por nosotros los pecadores" (Romanos 5:6). Es por medio de su cruz donde podemos realmente comprobar que Él tiene un amor a tal grado por ti, y que no eres alguien más o alguien sin importancia, sino todo lo contrario, alguien al que Él estuvo dispuesto a dejar todo para rescatar.
Si hacemos memoria de estos hechos realmente podremos recordar cuanto es el amor que Él nos tiene y cuanto debería ser digno de nuestra confianza. Aunque venga la tribulación más aguda, Él NO ha hecho nada para hacernos dudar de su amor, sino todo lo contrario nos ha demostrado que quiere hacerse presente en tu vida y la mía, si se lo permitimos. Él no se reservo ni a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por ti ¿y todavía preguntas si te ama? ¿todavía preguntas si realmente quiere tu bien? ¿todavía dudas si Él quiere lo mejor para ti, o si te está privando de algo que realmente necesitas? Recuerda la cruz, y mira a Cristo, Él es la prueba de que Dios no quiere estar lejos para ti, ni se quiere desentender, sino ser parte de tu día a día y obrar su voluntad (buena, agradable y perfecta). Esta no es una promesa de que no habrá problemas, sino una promesa de Dios de que obrará a pesar de esos problemas, su propósito que satisface:
"Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna."
Juan 4:13-14 📖
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