"Porque hermanos, no queremos que ignoréis acerca de nuestra tribulación que nos sobrevino en Asia; pues fuimos abrumados sobremanera más allá de nuestras fuerzas, de tal modo que aun perdimos la esperanza de conservar la vida. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos; el cual nos libró, y nos libra, y en quien esperamos que aún nos librará, de tan gran muerte"
2 Corintios 1:8-10
El apóstol Pablo es un ejemplo viviente de alguien que fue llevado en sus tribulaciones al fin de sus fuerzas y esperanzas, y estuvo aún al borde de su muerte. ¿Te identificas en algo con su historia? ¿Te ha pasado alguna vez? Pero es en su tribulación y angustia, donde pudo experimentar la paz del Señor y una liberación, donde humanamente no había salida. Él da testimonio que Dios permitió esto en su vida para que el pudiese experimentar en carne propia que es Dios quien tiene el control y puede librar aún de la muerte. Es en tus crisis y las mías donde Dios quiere orillarte a que levantes la mirada al cielo y clames por su ayuda, cuando nadie más puede, y puedas experimentar su paz y libertad. "Él (Jesús) puede también salvar perpetuamente a TODO aquel que por el se acerca a Dios..." (Hebreos 7:25). ¿Le darás oportunidad? Él tiene la última palabra.
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