¿Cuántas veces nos hemos encontrado sumergidas en estos pensamientos peligrosos?
"Dios ya no me escucha", "Cuando oro ya no es lo mismo", "Ya no puedo ver a Dios tan palpable como antes" . . .
Sin duda, Dios tiene mucho que decir al respecto, te invito a tomar unos minutos para entender este sentimiento, esta carga y confusión que lo único que ha logrado es debilitar nuestra fe y relación con nuestro Padre.