Para ser realmente bueno conmigo mismo debo alimentar mi mente correctamente. Y todo comienza aprendiendo a observarme y contemplarme a mí mismo, sin juzgarme. Darme cuenta con qué clase de ideas, pensamientos y emociones lleno mi mente. Descubrir que mi cuerpo y lo que sucede con éste, es el resultado de lo que hago y pongo en mi mente. Que lo disfrutes.