En el fondo del alma de todo veterano conocedor de refrescos existe una pequeña botella de seis onzas de refresco de uva, la pequeña y valiente Grapette.
Una estrella púrpura brillante del sur que iluminó todo el país durante los años 60,70 y 80 antes de desaparecer aparentemente de la noche a la mañana, pero dejo su marca en esa generación que aun busca el auténtico sabor de la uvita.