Cuando Tomás llegó, los otros discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor!
Pero él les contestó: No creeré nada de lo que me dicen, hasta que vea las marcas de los clavos en sus manos y meta mi dedo en ellas, y ponga mi mano en la herida de su costado.
Juan 20:25
Esta gota tiene una verdad que podrá cambiar tu vida y te ayudará a ser un verdadero o verdadera creyente.
¡Bendiciones!