Mi reflexión de esta semana: Su cruz no es una invitación para estar adentro, sino de testificar afuera. Estar resucitado con Cristo es la invitación a vivir como a Dios le agrada. Que en la cruz muere mi vieja vida pero en la resurrección nace mi nueva vida. Que todo el que se encontró con el Cristo resucitado salió a anunciar buenas noticias. Esas buenas noticias se anuncian a pesar de las condiciones de este mundo. Su paz y lo que Jesús ofrece va por encima de todo y de cualquier circunstancias. Que la cena es un monumento íntimo, pero que quien invita es Jesús. Es Jesús quien la abre para incluir y nunca para excluir. Que la cena es además una invitación a atar nuestros paños en la cintura para servir. Que no hay posición más importante que no sea la servir a otros. Perder esta perspectiva en la iglesia sería invalidar el sentido genuino de estar en la cena. Que su camino difícil y de tortura, fue para que nosotros no tuviéramos que ofrecer sacrificios ni nada de eso. A Dios le agrada más que vivamos en obediencia. Que lo vayamos a ofrecerle no se convierta en un rito más. Que sea parte de nuestra adoración genuina del corazón. El rito se convierte en costumbre y la costumbre es parte de una rutina que mata las intenciones primordiales. Gracias Jesús por tanto amor. Gracias a todos en la Iglesia Evangélica Unida de Caguas- Pagina Oficial que fueron parte de una semana extensa, fuerte, de mucho trabajo pero de mucha satisfacción. Dios habló y sigue hablando. Dios es bueno.