La vida cristiana es hermosa pero a veces difícil. Exige morir a uno mismo y entregarse por completo al Señor. Se trata de tener comunión con Jesús. Tan solo eso. Cuesta tener comunión plena con el Señor porque estamos luchando contra nosotros mismos, contra la carne y contra la vanagloria de la vida.
El Espíritu Santo de Dios habita en el corazón de los que creemos. Pero no nos quita o saca de la lucha sino que nos permite que podamos salir victoriosos de ella en Cristo Jesús.
'Queridos hijos, que nuestro amor no quede solo en palabras; mostremos la verdad por medio de nuestras acciones. Nuestras acciones demostrarán que pertenecemos a la verdad, entonces estaremos confiados cuando estemos delante de Dios. '
1 Juan 3:18-19