Hebreos 3:12–13 NVI
Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo.
Más bien, mientras dure ese «hoy», anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado.
Escuche una frase esta semana que me ha tenido pensando:
Unos días Dios calma la tormenta, otros días Dios calma al marinero.