2º Crónicas 15:5–6 NVI
En aquellos tiempos no había seguridad para ningún viajero, sino que los habitantes de todos los países sufrían grandes calamidades.
Las naciones y las ciudades se destrozaban unas a otras, porque Dios las castigaba con toda clase de calamidades.
Si uno no puede tener paz con uno mismo, paz interior y solo vive en un constante conflicto personal, todos los que viven a su alrededor lo sufrirán