El Espíritu es esa presencia personal de amor y es el amor personal de Dios que puede sanar, transformar y renovar a cualquier persona que decida seguir a Jesús, y nos ayuda a prevalecer, a resistir, pero especialmente a permanecer. Es por medio del Espíritu Santo que Dios nos empodera para llevar a cabo su misión.
Sus discípulos son aquellos que permanecen en ese Amor Divino y la marca distintiva de los discípulos es la Generosidad amorosa, amarse unos a otros, poner nuestra vida por los demás por medio de actos de servicio de amor.
Nuestra manifestación de amor por Dios es la Obediencia y la obediencia es permanecer en el amor de Dios. Somos nosotros los responsables de permanecer.
¿Pero por que es tan difícil permanecer?
Y es que el reino de Dios opera de forma completamente diferente al mundo.
El mundo nos dice y Jesús nos dice
Responde con Furia - Perdona
Ten Miedo – Amino, se fuerte
Tengo Duda – Confía
Angústiate – Tranquilo
Quiero estar Solo – Ven Sírveme
Hago mil planes – Jesús me dice Déjalos
Busco bienes materiales – Despréndete de todo
El mundo me dice quiero seguridad – Jesús me dice no te prometo nada
Quiero vivir – Jesús me dice da tu vida.
Creo que soy bueno – No es suficiente.
Quiero ser jefe – Jesús claramente me dice Sirve
Quiero Mandar – No señor Obedece
Quiero comprender – Jesús me dice Cree
Quiero claridad, me habla en parábolas
Quiero tranquilidad me dice que me inquiete
Quiero violencia, ten paz
Quiero Pelear, pero Jesús me dice pon la otra mejilla
Y cuando hablo de Paz me dice pelea
Quiero conciliar y Jesús dice vengo a traer Fuego.
Quiero ser grande, espera se como un niño.
Quiero esconderme de todos, Jesús me dice muestra tu luz
Quiero ser el primero y la instrucción es siéntate de ultimo
Quiero ser visto, y la instrucción es ora en lo escondido con tu puerta cerrada
¡¡¡¡No entiendo!!!! Pero no es necesario entenderlo, es necesario seguirlo, permanecer, Alojarme, residir, mantener una relación ininterrumpida con El, unido a las palabras de vida.
'Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu. '
Gálatas 5:22-25
Cuando tu vida rebosa de paz, de gentileza, de interés genuino, de amor por los que te rodean, eso les impacta de una manera profunda. De hecho, tus frutos tienen el poder de romper sus ideas preconcebidas y mostrarles cómo es Dios en verdad. ¡Eso da gloria a Dios!
Tu, eres el reflejo de Dios aquí en la tierra. Tu fruto habla más fuerte que tus palabras, pero no por eso tienes que dejar de hablar. ¡Habla de Dios, y sobre todo ama como Dios! Que tus frutos y tus palabras sean las herramientas perfectas para alcanzar a los demás.
Eres un regalo de Dios para los que te rodean.
Que te dice el Espiritu Santo?