¿Tu sirves a Dios o te sirves de El?
Una cosa es hacer la voluntad de Dios y otra para quien lo hago.
En esta transformación que Jesucristo ha venido obrando en mi vida, he podido experimentar la libertad en diferentes aéreas de mi vida, cuando hablo de libertad, me refiero a cosas que en el pasado me tenían atado, actitudes, comportamientos, vicios, cosas, que por mucho que me hicieran daño a mi o aquellos que amo a mi alrededor, no las podía dejar, hoy sinceramente creo que no era por que yo fuera malvado, malo, por que estuviera desviado o fuera vil, sencillamente estaba ciego, perdido y pensaba que caminaba el camino correcto.
Y a pesar del dolor que llevaba dentro, por muchas de estas actitudes, comportamientos o vicios, los justificaba y me envolvía mucho mas en ellos, buscando una paz o calma temporal, que estas acciones me daban.
Desde el momento que acepté a Jesús, pero especialmente en el momento que decidí servirlo a El, lo primero que me paso es que me salí por completo de mi zona de confort, de ese Estatus Quo que quise mantener, de donde estaba cómodo en lo conocido y que me podía sentir dizque seguro.
Y volviendo a mi proceso estos días he tenido que enfrentar una de esas actitudes que estaba metida en una de esas capas, algo sutil, pero que se ha venido manifestando con un síntoma igual de desagradable.
El síntoma, la aprobación de los demás, la actitud, la enfermedad: Sirvo a Dios o me Sirvo de El
Por que es fácil servir a otros que me caen bien, a los que quiero, a los que aprecio, y claro es fácil servir a otros cuando la motivación es que me sirva yo al final, que sirva a mi propósito, a mi deseo de ser aprobado por los demás.
Que fácil es llegar a tener la perspectiva equivocada, creyendo que estamos sirviendo a Dios, cuando nos estamos es sirviendo nosotros y oponiendo a Dios.
Jesús hizo y hará todo lo posible para que hoy estemos en el lugar de Paz, esa paz que no se entiende, de perdón, donde nos perdonamos nosotros mismos y a los demás sabiendo que El ya nos perdono y se sacrifico por nosotros, en ese lugar de libertad de ataduras, comportamientos y vicios que nos dañan a nosotros y a los que amamos a nuestro alrededor, para que a pesar de las circunstancias difíciles en las que nos podemos encontrar estemos y nos mantengamos en ese lugar y que a pesar de los errores, faltas y pecados que cometemos, regresemos a ese lugar de paz, perdón y libertad donde nos recibe con amor y si juicio.
Jesús en mi caso uso a personas, muchas para construir ese puente ayer y hoy usa a muchas personas también para mantenerme unido a El hoy.
