Por muchos años, mi naturaleza me ha llevado a buscar la ganancia de todo lo que hacía, y generalmente, cada decisión que tomaba era, y sigue siendo, como un camino que se parte en dos.
Puedo tomar un camino u otro dependiendo de en lo que esté enfocado por obtener. Al estar enfocado en lo que me beneficiaba exclusivamente a mí justificaba automáticamente las decisiones que de alguna forma afectaba a otros.
Buscando ganancias económicas, auto complacencia, placeres que pudiera disfrutar una sola vez y sin tener la paciencia para esperar, aparte de terminar enredado en más de un problema, actuaba sin darme cuenta o sin estar consciente que era como los malvados.
Y no cabe duda de que lo que tenemos por delante es un gran reto. Esta vida es efímera. No nos enfoquemos en el camino.
¡Todos estamos de paso por la Tierra! Darnos cuenta de esta realidad nos ayudará a valorar la vida que Dios nos regala y aprovecharla para confiar en Él y crecer para ser mejores personas cada día. ¡Jesús está a nuestro lado para acompañarnos y darnos fuerzas para vivir!
¿Sabes dónde vas a pasar la eternidad?
¿Qué estas haciendo hoy para llegar allí?
