Vivimos atravesados por tecnologías. De hecho, la tecnología es algo intrínseco a nuestra especie, motor y característica de la humanidad. Pero ¿Cuándo le agregamos el adjetivo "social"? Bueno, cuando la tecnología se desarrolla (generalmente sin fines de lucro) y se aplica pensando en ofrecer soluciones a problemas sociales (como el hambre, la vivienda digna, o el acceso al agua potable), permitiendo a las comunidades apropiarse de ella y usarla en pos del bien común. A veces, una tecnología social puede aparecer como una alternativa más ética y justa -para la gente, para el medioambiente- que otras opciones convencionales.
Un ejemplo maravilloso es el del proyecto "Caminos de la Villa", una plataforma online que, entre otras cosas, permite acceder de manera sencilla a la información vinculada con los procesos de urbanización en las villas de la Ciudad de Buenos Aires y ver de qué manera se están llevando adelante. Por eso, estuvimos charlando con una de sus coordinadoras, la socióloga Rosario Fassina. No te pierdas esta excelente nota!