Devocional y reflexiones
Tú y yo fuimos hechos para ser amados por Dios. Y hasta que no hagamos espacio para recibir el amor desinteresado, firme y tangible de Dios, pasaremos el resto de nuestras vidas luchando, compitiendo por el afecto de los demás. Que el esfuerzo cese hoy al recibir el abundante afecto de nuestro Dios bueno y amoroso.