Hoy me propongo abordar un asunto polémico, sobre todo por su trascendencia social, y al que creo que, desde las instituciones públicas, no se le está prestando la atención que merece. Me estoy refiriendoal maltratado y desastroso sistema educativo español, no tanto desde el punto de vista del método pedagógico, como, por el contrario, desde la perspectiva del conjunto de principios y valores que deben presidirlo.