Hoy os cuento la historia de un hombre que levantó un imperio empresarial y que vio cómo ese mismo imperio desapareció de un plumazo, de un día para otro. El 23 de febrero de 1983, el gobierno socialista de Felipe González publicaba en el Boletín Oficial del Estado un Decreto-Ley por el que se expropiaban las empresas del grupo RUMASA a José María Ruiz Mateos, con nocturnidad y alevosía.