Los años del terror son el escenario de este episodio en el que el Dr. Vázquez logra con su relato llevarnos a ambos extremos de la condición humana. La complicidad civil de la dictadura más atroz y la solidaridad entre los compañeros como contracara. El rostro encendido y desafiante de Teresa así como la mirada inocente de Ricardo con las manos sobre la pelota, quedan como huellas imborrables de esos años en los que pocos eran los rastros de humanidad.