Hay batallas que no se ganan con fuerza, sino con autoridad. Jesús ya te delegó poder para enfrentar lo que te intimida. No ere víctima de las circunstancias: eres hijo del Rey y cargas Su respaldo. Hoy levántate, habla con convicción y ordénale a lo que t oprime alinearse con Dios. La autoridad de Cristo no se siente... se ejerce.
Reto del día: Ora y declara tu autoridad en Jesús sobre una situación que te ha dominado.