Voz Victor Rodriguez Escalona autor Alfredo Giz Alguna vez igual que todos o que cualquiera, como el que más o como el que menos, también tire la casa por la ventana, también disfrute los excesos, incluso probé de los labios de una mujer el peor de los venenos.
Quien no, y quien sí, ha hecho las cosas tan mal y después muy bien, sin preguntarle siquiera a la conciencia, quien de todos ustedes, no se tomó por prisionero, y así mismo se saboteo en todos los terrenos.
Y aunque muchas veces he llegado demasiado lejos, pateando mi suerte y mi fortuna, buscando amantes para que fueran mi antídoto y mi vacuna, he asistido a los lugares más oscuros, en busca de un mal o del peor de los consejos.
Nunca he dado un paso atrás, he pagado demasiado caras las noches y las traiciones de personas muy baratas, y muchos se alejan porque corto de tajo las madrugadas con estas verdades tan afiladas, otros se acercan porque tengo un pie en la fiesta y el otro en el destierro.
Y en estos hasta luego y estos ojalas, entre la risa y el vituperio de haber engañado al destino más de una vez, resisto los embates del tiempo, aferrado a un clavo ardiendo, para no morir de sueño ni amortajado por los besos de una cualquiera.
Le hice brujería al brujo, leí al revés las cartas del tarot, gane varias veces en la ruleta rusa, incluso aposte todo contra mí, aun pudiendo ganar, pero esto de hacerse cada día que pasa un poco más arcaico y llegar tan lejos, es como estar con medio pie metido en la tumba y el otro en la rumba, un oído escuchando tango y el otro voces del mas allá.
Ahora que ya entendí, que tú ya no estás aquí, ahora por fin puedo entender los cuándo y los dónde, los porque, ahora con este ridículo disfraz de sabio viejo, que le causa tanta risa a los espejos, he encontrado dentro de mi alma todo lo que estaba oculto y se escondía de mí mismo.