En este episodio comparto algunas de las razones por las que creo firmemente que no deberíamos olvidar lo vivido en 2020, sino todo lo contrario: recordarlo y quedarnos con un montón de lecciones aprendidas de este año tan atípico, complicado, lleno de retos y sin precedentes.
Y por supuesto, no olvidemos a todas las personas y los seres queridos han perdido la salud o incluso la vida en este año. Un año doloroso sin duda para muchas familias y que deberíamos tener siempre presente y a los que me gustaría enviar toda mi solidaridad y fuerza en estos días tan emotivos.
Nos podemos instalar en la queja y la resignación, o por el contrario salir de la zona de confort y buscar soluciones ¿Tú que eliges?
En mi caso, si me hubiese aferrado a mis formaciones presenciales, mi año hubiese sido totalmente diferente. Durante 2020 he intentado adaptar mis servicios al contexto actual para poder seguir aportando valor a Directivos, Mandos Intermedios y sus Equipos a pesar del confinamiento, teletrabajo, cuarentenas y demás obstáculos.
Todo esto ha requerido hacer un esfuerzo muy importante, formarme, probar cosas nuevas y aprender de los errores,... No ha sido fácil, pero al final creo que ha merecido la pena el resultado:
Para terminar, quiero aprovechar para desearos todo lo mejor para vosotros y vuestras familias en este año 2021 que comienza, donde tenemos puestas grandes esperanzas y que sin duda tampoco será fácil, al menos en sus comienzos. No dejemos de aprovecharlo para que cada obstáculo nos haga más fuertes.
¡Feliz año Nuevo!