Nos pasamos la vida lamentándonos por las cosas que tenemos y también por las que no tenemos. Deseamos alcanzar un sin fin de sueños para los cuales no hacemos nada en absoluto. Todo obstáculo se convierte en una excusa, una justificación y una pantalla para que las personas se apiaden de nosotros, es que no estamos dispuestos a pagar el precio por eso que decimos anhelar.
Las personas que en realidad desean prosperar en la vida ven oportunidades en cada tropiezo, buscan ser mejores cada día, no sé lamentan de su pasado y eliminan toda cosa que venga a contaminar sus pensamientos. La vida plena y abundante consiste en tomar buenas decisiones y adoptar frases que nos abran paso hacia lo que nos corresponde por herencia divina.